23 septiembre 2012

El hilo conductor del concepto feminicidio es el odio


El hilo conductor del concepto feminicidio es el odio

M.C. Emma Cerón Díaz
El hilo conductor del concepto feminicidio es el odio, así lo señalan diversos estudios sociales, jurídicos y de derechos humanos que lo han definido desde su campo de estudio. Por tanto el delito de feminicidio lo comete aquella persona que su principal motivación para hacerlo es la misoginia (odio hacia la mujer).

Así, para saber y entender la lógica del asesinato de mujeres en un lugar, es necesario investigar si dichos actos se dan en el contexto del odio hacia las mujeres; proceso que requiere de un protocolo de investigación judicial minucioso. Por tal motivo, si alguien quiere saber si las muertes de mujeres en el estado de Guerrero son feminicidios, deberán apegarse a las investigaciones especiales sobre el tema; difícilmente se podrá saber si los asesinatos de mujeres en el estado son feminicidios si no existe dicha investigación (como se señala en el documento denominado Campo Algodonero).

Decir que hay o que no hay feminicidios en el estado, no está de más, pero es importante mantener la perspectiva de la justicia y hacer que los casos sean investigados.

Tanto las autoridades gubernamentales como los organismos civiles, están obligados a hablar con bases, de tal forma que no se vicie el tema del feminicidio, a tal grado que se cree un escenario de impunidad o un escenario de emergencia que no lo amerite.

Si bien son muchos los asesinatos de mujeres que se han citado por los medios de comunicación, no necesariamente estamos hablando del fenómeno social de feminicidio. Aún cuando es preocupante que crezca el número de mujeres asesinadas, el motivo de sus muertes no se sabrá si no existe una investigación, y ante esa circunstancia no habrá ni tipificación, ni ley, ni política publica, ni nada que pueda parar estos asesinatos.

Para saber a que fenómeno se enfrentan las autoridades, es necesario que las autoridades registren los asesinatos como feminicidios (como resultado de la investigación) o como resultado del estado de violencia generalizada en el estado y en el país. De ahí, surgirán las políticas públicas nacionales y estatales necesarias para contenerlos y erradicarlos.

El impacto que generan las diversas declaraciones, deja a las mujeres en total impunidad, puesto que ninguna de las declarantes se ha planteado hablar sobre bases que generen seguridad  certeza  sobre qué esta generando dicho fenómeno y ser atendido; más bien se ha abierto tanto el tema, que ahora resulta que nadie tiene la culpa y/o  todo es feminicidio.

Tomar esos caminos solo beneficia y promueve la impunidad y la sinrazón, y por ahí no se llega a ningún lado. Mientras, el fenómeno crece, se minimizará o se acentuará  en la declaración pero no pasará de ahí, porque como hasta ahora, no hay quién diga esta boca es mía, y quizás haya razón, no estamos en paz, no podemos obviar lo obvio, la violencia de los grupos delictivos se han acercado a las mujeres.

Fundamentar el carácter del odio hacia las mujeres -en el motivo del asesinato-, no es nada fácil; sin embargo, es imperante establecer un protocolo que de certeza de lo que se habla en cuanto a la magnitud y motivo. Legislar y tipificar el asesinato de mujeres para incluirlo como feminicidio es un primer giro hacia la victimización de las mujeres “por ser mujeres”.

La tipificación del feminicidios es ciertamente uno de los puntos nodales del debate, sin embargo, lo establecido sobre el tema en Guerrero, no es muy diferente a lo establecido en otros estados de la República Mexicana y Latinoamérica; palabras más, palabras menos, el odio es el motivo central que lo diferencia del homicidio. Por tanto, el quehacer de las autoridades es comprobar que este elemento –el odio hacia la mujer- sea el motivo del asesinato para contemplarlo como un feminicidio, según lo establecen algunos organismos internacionales de derechos humanos.

Si no hay investigación, no hay feminicidios. Hay asesinatos – y muchos- de mujeres. ¿A quién beneficia esto?

Por otro lado, hay que preguntarse: si se tipifica el feminicidio ¿pararán los asesinatos?, Sí se sube la condena a los asesinos ¿pararán los asesinatos?, sí se tiene un protocolo ¿pararán los asesinatos? si se hacen modificaciones a la ley  ¿pararán los asesinatos? y no, no paran los asesinatos porque el problema no radica en una definición o una condena o una ley (aunque ayude a hacer justicia), el problema tiene raíces más profundas que tienen que ser atacadas desde muchos frentes, pero la responsabilidad principal es de las instituciones gubernamentales porque son ellas (las instituciones) quienes tienen la responsabilidad de dirigir las políticas públicas e impactar con ellas en la reducción de los asesinatos de mujeres porque estamos hablando de  un fenómeno social de violencia sistemática de misoginia y discriminación hacia las mujeres, practicada desde la intimidad hasta el espacio público, ahora influenciada por la violencia social y porque la discriminación y la violencia hacia la mujer sí esta transversalizada en TODO el entramado social.

Seguramente hay, y habrá muchas propuestas para abatir los feminicidios, pero creo que el Estado tiene por resolver La Educación, La Toma de decisiones y La Justicia, todo desde una visión de género que permita elevar e igualar las oportunidades de las mujeres que las dignifique como seres humanas.

11 marzo 2011




2011: 8 de marzo

Emma Cerón Díaz

En la era de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC), donde todos los días surgen novedades científicas que impactan fuertemente en la cultura de las sociedades actuales, ¿Qué es del movimiento feminista?
Para empezar, poco a poco se esta diluyendo la palabra “movimiento” como organización colectiva. Ya pasó el tiempo de la quema de brassier, de la protesta callejera, de las manifestaciones. Entre otras cosas, porque las feministas de ahora ya no son las mismas, y ello aunque parezca una obviedad no lo es, porque me refiero a que las feministas de los 80’s, 90’s, han cambiado su visión; ahora la mayoría de las feministas, están agrupadas en las nuevas formas de organizaciones formales, donde todos los días se especializan en su quehacer y se declaran expertas.
Si ahora cada feminista se le pudiera clasificar, se podría decir que cada una de ellas son de un “modelo” diferente, una identidad diferente, una generación diferente y, con pensamientos diferentes, es decir, cada feminista es diversa y cada organismo de mujeres tiene un fin específico: la academia, el medio ambiente, la violencia, la salud, -todo con perspectiva de género- y quizás su fin en sí, no sea el análisis y la propuesta de la evaluación de avances o retrocesos feminista.
Hay que señalar que el actual movimiento feminista, se ha diversificado, y ha surgido expresiones como el “nuevo feminismo”, pasando por toda una gama de expresiones, hasta las feministas extremas (o radicales) y si bien, ello ha fragmentado al movimiento, también algunas opinan que ha fomentado la diversidad.
Aunado a ello, el espacio de encuentro, ahora, se ha desplazado, ya no es el espacio público donde se converge, ahora, las nuevas tecnologías en el espacio desde donde se crean relaciones, protestas y encuentros, cada vez más desde ese espacio se hace movimiento universal, desde ahí se protesta y se expone, se informa y se comunica, y no importa el feminismo del que se trate, no en balde algunas feministas blogueras, ponen la esperanza en las redes, desde donde los cambios para la igualdad –no solo son de jure- sino sustanciales como el cambio simbólico y las subjetividades. A través de las nuevas tecnologías, las blogueras, aseguran que la deconstrucción del “género” ya esta en marcha, porque desde ese espacio se desconstruye y construye nuevas identidades.
Las jóvenes actuales (la mayoría) en los espacios urbanos si bien, no son feministas (mucho menos en los espacios rurales), sí, en cambio son más asertivas, proyectan su mirada hacia el futuro, y tienen otros deseos de bienestar, aunque no tengan intenciones feministas, y antes al contrario, algunas, afianzan algunos valores fuertemente tradicionales.
Como movimiento - como lugar de encuentro- ya se transita en otro espacio, el espacio de las Redes Sociales y en la lógica de éstas, desde ahí se ha podido practicar más la tolerancia (que en espacios de contacto personal), en las redes se acepta la diferencia y, el movimiento que antes solo le pertenecía a una cuantas, hoy se difunde y le pertenece a todas, pero también a todos.
En la Red cada una tiene su “feminismo”: diversas, universales, plurales, así llegamos a este 2011 en este 8 de marzo, cada una con su feminismo, aunque no estemos en el mismo lugar, ni en la misma sintonía, y aunque se sigue padeciendo violencia, discriminación y desigualdad. Todas trabajan y se preocupan y ocupan en éstos fenómenos sociales, aunque se camine en diferentes direcciones y diferentes caminos.

03 febrero 2011

¿Qué nos deja esta elección?



(Foto:Casaoriginal.com)

Soc. Emma Cerón Díaz
Son muchos los argumentos que se exponen sobre las ya famosas alianzas. Hace apenas unos años era impensable hablar de alianzas entre fuerzas políticas diversas, y sin embargo hoy es una realidad, Guerrero, lo confirma.
Una pregunta que surge es ¿por qué la gente votó por una alianza donde confluyen partidos de izquierda, del centro y de derecha?, (independientemente de los arreglos de la élite política) ¿por qué se votó por una alianza tan singular?, finalmente, la ciudadanía tomó una decisión y votó. Esa decisión ¿cómo se construyó? ¿Qué es lo que movió al ciudadano/a, para salir a votar por una alianza como ésta?
Sin duda estamos entrando a una nueva era, donde las ideologías se diluyen y ya no son suficientes para determinar el voto, se refuerzan otros pensamientos. La toma de decisiones en política, ahora se rige con otra visión, hay otros valores y demandas que se están imponiendo y expresando a través de las alianzas; por ejemplo: la aceptación, la tolerancia, la diversidad, la pluralidad, factores que se atribuyen al impacto de las nuevas formas de comunicar e informar.
Es decir, ahora lo importante es la sensación de quién puede aglutinar para gobernar, (y no quién debe) y dentro de las alternativas, votar, por el que logre la mayor coalición de partidos, es la tendencia del voto.
Recordemos que los partidos ya no son alternativa, popularmente se dice “todos son lo mismos” y la credibilidad en ellos, es mínima, quizás por eso ya no importa quién lo postula, finalmente se pone el voto en quién uno/a percibe “el mejor”: el que crea sinergias, el que promueve alianza y el que aglutina fuerzas diversas.
Una y otra vez los comunicadores, analistas y políticos, en sus reflexiones para explicar el voto aliancista, repasan la trayectoria del candidato y de los que lo postulan y de los que se alían, y no hay forma de justificar, no hay concordancia en el discurso, ni respuesta concreta de fondo (en la lógica de antes) y pareciera que todos ellos, se cuestionan si las personas son ignorantes o ¿qué carambas pasa? por qué la gente vota por un “garapiñado” como éste, si las estadísticas muestran que los partidos políticos y las/los políticos, han dejado mucho que decir, y su popularidad es tan baja, que lo más que pueden pensar, es que la ciudadanía está decepcionada, no votará o votará solo el militante, pero… la sorpresa la da la ciudadanía y su actuar político, estamos transitando por otros y nuevos tiempos, que todavía, en la política, no se acaba de entender, porque no se comprende que ya las intolerancias, políticas o de otros tipos, se están trasformando, para construir red social. En la red todo mundo entra, todas y todos caben, tienen voz y se hacen amistades, no importa el color, la ideología, la religión: la red es plural.
Siempre hay una esperanza, en la “alternativa” y más cuando llevan las manos comprometidas con todos. ¡Votos para el candidato sí, pero con compromiso! Pareciera que es el nuevo slogan
El Caos, el caos, sí, pero ya lo dijera Gianni Vattimo, en el caos, -quizás- está la esperanza.